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Entiende la norma que los riesgos se pueden determinar por la probabilidad de ocurrencia y por las consecuencias del no cumplimiento. El inventario de riesgos incluirá tanto los inherentes como los residuales. El riesgo inherente corresponde a aquellos peligros a los que afronta la entidad cuando está descontrolada y sin disponer de medidas que eliminen o atenúen esas situaciones de riesgos. El riesgo residual lo constituyen aquellas contingencias no vigiladas eficazmente de manera consciente y que, caso que se consoliden, la organización está dispuesta a asumirlas con el coste que acompañe y que, en todo caso, deberá ser conocido y previsto, dentro de su “apetito de riesgo”.
También, la norma nos advierte que toda identificación de riesgos debe venir acompañada del periódico y regular inventario de identificaciones de los orígenes o fuentes de esos riesgos junto a la definición de las situaciones de riesgo. Asimismo, estas identificaciones, al igual que vimos con las obligaciones, deben asociarse y registrarse a las funciones, divisiones, áreas, departamentos, procesos, actividades, tareas… correspondientes, para una adecuada, posterior y también periódica evaluación del riesgo, en el sentido de si este es aceptable o asumible en base al nivel riesgo establecido en la política de compliance.
En cuanto al alcance y profundidad o detalle de la evaluación de riesgos, estribará en función de la situación del riesgo, el contexto, el tamaño, la organización, la actividad, la situación geográfica y los objetivos de la entidad. Aclara la norma que el enfoque basado en el riesgo no implica que para situaciones de bajo riesgo, residual o despreciable, la entidad acepte “por la cara” los desajustes, disconformidades o no cumplimientos, todo lo contrario, puesto que la función es cubrir todos los riesgos, lo que pasa es que por economía y uso de recursos disponibles, nos centraremos en primer lugar en aquellos riesgos más importantes (riesgos inherentes), para pasar después al resto de peligros. Fuente de la información: a partir de las directrices de la ISO. Fuente de la imagen: elaboración propia.